Todos estamos familiarizados con los conceptos ecológico, biológico, orgánico y natural cuando hablamos de alimentación pero ¿podríamos definir en que consisten? ¿realmente sabemos que diferencias hay entre ellos?. Aquí os mostramos las diferencias y definiciones.
Los alimentos ecológicos son aquellos que desarrollan todas sus etapas de crecimiento y producción en la naturaleza y sin intervención artificial. Es decir, para que un alimento sea considerado ecológico, desde su semilla, el abono y el agua tienen que ser naturales y no utilizar ningún fertilizante ni pesticida químico. En la ganadería, se respeta la crianza en zona libre de contaminación, alimento ecológico, sin intervención de hormonas de crecimiento o antibióticos.
La denominación “BIO” responde a los mismos parámetros que los “ECO”. La diferencia se encuentra en la percepción del consumidor. Mientras la etiqueta “ECO” suele asociarse a prácticas sostenibles y a técnicas tradicionales de producción, los alimentos “BIO” se identifican más con la selección natural de especies, los ciclos reproductivos, la genética o la calidad de los suelos.
Un alimento etiquetado como orgánico asegura que no se han usado pesticidas, fertilizantes u otras sustancias similares, ya que son aquellos alimentos que no se les ha realizado ninguna intervención química para lograr un desarrollo óptimo. Cabe destacar que no todos los alimentos orgánicos son “BIO”, ya que puede ser que no contengan químicos pero que estén elaborados con productos manipulados genéticamente (transgénicos).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los alimentos naturales son aquellos a los cuáles no se ha añadido ningún componente, es decir, no se les ha adicionado industrialmente (sal, azúcar, grasas u otros componentes) y tampoco han recibido un tratamiento industrial. Se pueden identificar porque son perecederos a corto plazo y muchos de ellos sólo son seguros tras recibir un proceso de cocción.
¿Sabias que…?